100 años de tortas de casamiento: ¡Una visión rápida en menos de 3 minutos!
Como todo en el mundo, los diseños de tortas nupciales han ido evolucionando, introduciendo nuevas características cada década. Hacemos un repaso para que elijas la tuya, acorde al estilo de tu evento.
Si estás organizando tu evento y todavía no decidiste las características de tu torta, te servirá saber sobre los avances de las modas, para cuantificar las múltiples opciones que tenés para considerar. Cada período fue incorporando nuevas posibilidades, materiales y estilos acorde a la realidad de la sociedad y preferencias del momento. Te proponemos un recorrido por las tendencias, y el simbolismo de contar con la tradición del pastel en tu fiesta.
La historia de la torta de casamiento se remonta a tiempos medievales con pasteles pequeños de los que el novio comía una porción, y rompía el resto en migajas que dejaba caer sobre la novia, como gesto de buena suerte. El hecho de tener como ingrediente principal a la harina, lo volvía símbolo de fertilidad y prosperidad. Los invitados procuraban obtener algunos de los trocitos, para compartir la dicha de la pareja. La costumbre se ha ido modernizando, pero el sentido que se le atribuye, sigue permaneciendo intacto.
En 1916 las tortas eran básicas, lisas, extremadamente simples, y de un solo piso. Como adorno podían verse coronadas con grandes arreglos de flores naturales, que cubrían prácticamente todo el pastel.
Diez años más tarde, los ejemplares mostraban dos pisos, de mayor altura individual, sobrecargados de detalles como enrejados y flores logrados en glasé. En la parte de arriba podían lucir copas de metal, en consonancia con el pie de torta, auspiciando de florero para el ramo de decoración.
En 1936 se siguieron agregando pisos a los pasteles, y las tendencias de decoración se volvieron más minimalistas. Se introdujo la posibilidad de utilizar perlas como detalle. Las estatuillas de los novios en la cima, reemplazaron los arreglos florales de los años anteriores.
La década siguiente remontó un poco la recarga de decoración, y habilitó los colores, tiñendo las cremas que componían las flores. Aparecieron las columnas como separadores entre pisos de torta, dándoles mayor altura y solemnidad.
En 1956 la moda marcaba tortas más románticas, con muchas puntillas y flores. Una repostería elaborada con coronación de arreglos que integraban a los novios, flores, corazones, moños y campanas.
Diez años más tarde, las columnas tenían un nuevo auge. Cuantos más pisos tuviera la torta, mejor; e incluso el arreglo de arriba, se apostaba a que siguiera agregándole altura al resultado final.
En el 76 las flores comestibles no sólo aportaban color, sino que cobraban protagonismo con su tamaño. Se combinaban también con flores naturales. Seguían utilizándose columnas, que podían ser transparentes.
En 1986 se apostaba a deslumbrar con la magnitud total de los pasteles. Se integraban múltiples piezas no sólo en altura a través de columnas, sino que también en diámetro, con la incorporación de puentes o escaleras que las unían.
Cerca de 1996, la porcelana fría era la reina de los adornos. Las tortas comenzaron a lucir un poco más modernas y refinadas, con bases más orientadas a lo monocromático o con contrastes sutiles.
En el 2006 la informalidad y la originalidad buscaron adueñarse de las miradas, con opciones desde con decoraciones graciosas u osadas, hasta con la incorporación de cupcakes a los diseños. Los novios se animaron a integrar tonos de bordó o negro, como nunca antes.
Actualmente, la disrupción es la regente de cada detalle. Las parejas se proponen mostrar su personalidad en cada aspecto de la fiesta que organizan. Desde tortas de pisos irregulares, de colores fuertes o pintadas a mano, hasta algunas sin cobertura en absoluto que dejan ver lo apetitoso de su interior; toda decoración de torta vale como traductor del mensaje que los novios quieran dar a sus invitados.
¿Cuál es tu preferida?
