Vestidos de novia convertibles: 15 modelos para un look versátil
¿Todavía buscando un vestido de novia? ¡Aquí te dejamos una gran propuesta! Si sos una novia a la que le gustan los estilos originales, te proponemos que conozcas los vestidos convertibles para tener lo mejor de dos looks en una sola prenda.
Tener un vestido de novia adecuado a la personalidad de cada mujer es una de las principales tareas al organizar una boda. Hoy te proponemos un tipo de vestido muy original, que condensa dos estilos en una sola vestimenta. Se trata de los convertibles, una alternativa muy auténtica y atrevida, que te permitirá darle a tu look gran versatilidad en caso de que debas adaptarlo para diferentes celebraciones. ¿Querés saber cómo llevarlos? ¡Te contamos todo en este artículo!
Prendas que llaman la atención
La idea de tener un vestido de novia dos en uno resulta una opción que, además de ser muy llamativa y bonita, tiene una funcionalidad muy práctica. Los vestidos convertibles cumplen el objetivo de darle a la novia dos estilos, con solo quitar una parte del vestido. En la mayoría de los casos, las novias buscan estar más elegantes para su ceremonia religiosa o simbólica, mientras que prefieren sentirse más cómodas durante el festejo. Por fortuna, un vestido de novia convertible cumple todos estos objetivos.
Falda voluminosa y larga vs. falda corta
Una de las alternativas más comunes dentro de este tipo de prendas nupciales son los vestidos de novia que tienen una gran falda con mucho volumen, y que luego se quita para convertirse en una falda corta. Ideal para novias que quieran caminar por los pasillos con un vestido en corte princesa, pero que prefieran estar relajadas durante la fiesta, sobre todo para bailar. Generalmente, se desmonta la falda por debajo de las rodillas, o se quita una sobrefalda que deja al descubierto el vestido corto.
Para la ceremonia civil y para la fiesta
Otra de las opciones para aplicar en este tipo de vestidos dos en uno es convertir un recatado vestido de corte recto, al estilo de sastrería, en un voluptuoso vestido de corte sirena con tul. El primer modelo es ideal para lucirlo durante la ceremonia civil, ya que se suele estilar el uso de modelos más serios. Pero para darle rienda a tu estilo más fiestero, podés inclinarte por el segundo modelo, mucho más sensual y romántico.
Con mangas y sin mangas
Dado que en muchas iglesias se suele pedir que la novia vaya lo más tapada posible, por una cuestión protocolar y de formas, podés jugar con un modelo que tenga mangas, pero que luego puedan ser quitadas. Las mangas pueden ser tanto largas como más cortas: para lograrlo, lo ideal sería lucir un vestido con escote halter, Reina Ana, en V, barco u hombros caídos. ¡Un gran abanico para encontrar tu estilo perfecto!
Cola imponente
Por último, tu vestido de novia convertible puede incluir una gran cola, que se lucirá muchísimo cuando ingreses a la ceremonia o en su presentación en el salón como recién casados. El tamaño dependerá de lo que te guste, ya que puede ser una gran cola de hasta dos metros, o un modelo más sencillo que apenas toque el piso. Luego, en su versión desmontable se convierte en un vestido de novia sencillo, pero que te dará mucha libertad para poder bailar durante muchas horas.
¿Quién dijo que no es posible combinar lo mejor de dos estilos en un solo vestido de novia? Con una gran creatividad, con mucha comunicación con tu diseñador y con el estilo que te caracteriza, podés equilibrar dos modelos, que inclusive conllevan en sí mismo ideas opuestas. Elegante y sencillo, serio y sexy son solo algunas de todas las combinaciones a las que podés aspirar.