5 mitos en la organización del casamiento y cómo resignificarlos
En torno al mundo de las bodas existe una serie de mitos o costumbres impuestas que en algún momento tuvieron con mucha fuerza, pero hoy adquieren otro matiz. Te contamos algunos de los más comunes y cómo resignificarlos.
Siendo tan antiguo, el mundo de los casamientos se fue llenando de mitos, ritos y costumbres que pareciera había que cumplir “al pie de la letra”. Lógicamente, con el avance del tiempo, muchos de estos mitos de casamientos fueron perdiendo fuerza o se transformaron más bien en una cuestión anecdótica. Te contamos en esta oportunidades cuáles son los más comunes y cómo es posible cambiarlos.
1. El vestido blanco de la novia
Pocos mitos sobre bodas se han extendido tanto a través de los años y por el mundo. La idea de que la novia debe usar un vestido blanco ha estado tradicionalmente asociada a la pureza. No obstante, en la actualidad, si bien sigue siendo el color preferido por muchísimas novias, podés alternar con otras opciones. Existen tonos como el marfil, el nude, champagne, rosa pálido y hasta colores más arriesgados, para novias innovadores, como el rojo, el azul o el negro. Siempre alentamos a las novias a que usen estilos con los que se sientan cómodas y cuyas personalidades puedan verse reflejadas en cada prenda.
2. El novio debe vestir siempre de etiqueta
Si bien se puede observar que la gran generalidad de los novios utilizan trajes para su casamiento, no es una obligatoriedad. Es cierto que debe estar a tono con el look que haya elegido su pareja, pero existen otras opciones interesantes para suplir el traje: jeans, camisas estampadas, vestimenta de lino… la formalidad es solo una de las alternativas, queda en la pareja elegirla o no.
3. Reciprocidad en la invitación al casamiento
Existe en torno a las bodas, la creencia de que si a alguien los invita a asistir a una, es necesario devolver la gratitud con el mismo gesto. La realidad es que el casamiento es de la pareja, y que la lista de invitados debe ser planeada de acuerdo a sus gustos. No es necesario invitar a nadie por compromiso, y en esa decisión pueden confluir varios elementos: presupuesto, relación de cercanía, ganas de una boda pequeña…. No se sientan limitados e inviten realmente a quien les dicte su corazón.
4. Los costos de una wedding planner son altos
Esta es una cuestión bastante subjetiva, si se tienen en cuenta una serie de puntos de análisis. Si bien implica un costo extra, los conocimientos de una profesional de las bodas les ahorrará mucho tiempo y estrés. Las wedding planner ya conocen de antemano qué tipo de proveedores se adecuarán a su tipo de casamiento, qué tipo de locaciones les convienen y les ayudarán a resolver de manera práctica algún conflicto que se presente. Por ello, si comparan la relación costo-beneficio, es una buena opción para tener en cuenta.
5. Una boda DIY es sencilla de llevar a cabo
Es cierto que alentamos a los novios a que, en la medida que puedan y así lo deseen, se aventuren en el mundo del DIY. Sin embargo, muchas veces el tiempo que implican y conseguir los materiales puede no resultar tan fácil. En este sentido, antes de decidir si contratarán un servicio o si se volcarán a hacerlo ustedes mismos, analicen en profundidad si tienen el tiempo disponible para realizar manualidades, cuál es el costo de los materiales, la facilidad para conseguirlos y qué tan habilidosos son para las tareas manuales. Muchas veces, por ahorrar unos pesos, pueden ganarse una cuota de estrés no deseado.
Lo esencial para tener una boda feliz y llena de amor, es dejarse guiar por lo que les dice el corazón y no por las convenciones que pueden existir en torno al casamiento. Los mitos de bodas son solo eso: creencias que han tomado popularidad en algún momento, pero que no por ello deben ser seguidos al pie de la letra.