5 temas de discusión con tu pareja antes del casamiento, y cómo evitarlos
El diálogo, la comprensión y la empatía ayudan a que la prudencia y la sensatez ganen la batalla al estrés, a la tensión y al agotamiento, que pueden generar algún altercado. Te contamos cuáles son estos asuntos tan incordiosos, y cómo vencerlos.
Antes y durante la organización del casamiento es habitual que haya algunos temas de discordia entre los dos. Cada uno tiene sus propios gustos y preferencias, pero lo importante es que un intercambio de opiniones sobre el gusto específico de una torta de casamiento, sobre un modelo de tarjeta de casamiento o la elección de los souvenirs de casamiento no se convierta en una catástrofe. Teniendo en cuenta el nivel máximo de nervios y estrés que están teniendo, es necesario controlar la situación y saber frenar a tiempo ante estas situaciones menos agradables. Te contamos cómo hacerlo.
El presupuesto
Una de las controversias más sonadas puede llegar a la hora de establecer un presupuesto de gastos para el casamiento. Si una parte de las familias o de los novios pone más dinero que el otro, esto puede generar un conflicto en el futuro basado en reproches, por ejemplo. Aún así, si una de las dos partes quiere ser más generoso porque su situación económica se lo permite, entonces es importante que sea un acuerdo claro, altruista y desinteresado. De lo contrario, la mejor solución para evitar futuras recriminaciones es que el reparto de los gastos sea lo más equitativo posible para ustedes y sus familias. Una vez concretado, comiencen con las cuentas de los trámites para el civil, el salón, el menú y las tarjetas de casamiento originales que deberán enviar con bastante antelación a todos tus invitados.
Los invitados
La lista de los amigos y familiares puede generar un intercambio de opiniones bastante considerable. Los subtemas pueden ser: desacuerdo en a quién invitar y a quién no, querer reducir o agrandar la lista de invitados como el número de souvenirs originales o que una de las dos partes tenga más invitados y, por tanto, deba pagar más.
Una de las primeras soluciones para estos temas de discusión es priorizar. Tanto si sos partidaria de tener una boda más íntima, pero, sobre todo, si querés hacer un casamiento a lo grande. Deberás priorizar en función al presupuesto y atendiendo al aforo del lugar que alquiles. Otra de las soluciones es que cada uno pueda eliminar a una persona de la lista de los dudosos. Y, si el número de invitados de una de las dos partes es mucho más grande, entonces deberán plantear una reorganización del presupuesto para que el reparto sea equitativo y justo para ambos.
El reparto de tareas
No se trata de acaparar toda la responsabilidad para luego bombardear con quejas a tu pareja, ni tampoco de evitar formar parte de las decisiones más importantes para luego reprochar al otro, si algo no sale como esperabas. Hay que dejar hacer al otro, confiar en la pareja y también ser resolutivo en partes iguales. La solución es simple: un reparto del 50% - 50% en las tareas de mayor a menor responsabilidad. Hay cuestiones que deberán afrontar juntos, como la elección de la iglesia y el salón y sus respectivas decoraciones, elegir el menú y las tortas de casamiento sencillas o contratar los shows para entretener a los invitados y elegir las frases para tarjetas de casamiento.
¿Casarse por civil y/o iglesia?
Aunque para la mayoría de parejas puede ser un tema resuelto, este puede suponer uno de los asuntos más delicados para los novios que sean de religiones distintas, o que no compartan la práctica de una religión. La solución a este tipo de temas relacionados con las convicciones morales y éticas de cada uno reside en el respeto, en el diálogo y la comprensión, en la empatía y en la negociación sana hasta dar con una decisión en común que sea equilibrada y beneficiosa para ambos.
El estilo del casamiento
El estilo de la boda compromete a casi todos los aspectos del casamiento. Pasando por la elección del lugar, la decoración y la elección de los colores, el estilo de la vestimenta hasta llegar a los detalles del menú, los regalos para los invitados, las sorpresas, etc. Si las preferencias de estilo no los une tanto como el amor que sienten, entonces deberán poner las cartas sobre la mesa y descartar aquellos estilos que no los identifiquen para nada, y debatir entre aquellos que más les gusten a ambos. ¿Temático, rústico, romántico, vintage? Recuerden que siempre pueden fusionar sus gustos dispares logrando un casamiento de lo más personalizado.
En las decisiones personales, como son la elección del traje o el vestido de novia, el estilo del peinado o la elección de los zapatos, no van a tener ningún problema. Ahora bien, las decisiones que sean compartidas, como la elección de la iglesia y el salón, las invitaciones de boda, los souvenirs o el menú del casamiento, deberán hacer todo lo posible por mediar y buscar una de las tantas soluciones que les sugerimos. No olviden que lo más importante en estos meses es disfrutar compartiendo el proyecto más importante para los dos.