Conocé tu tipo de cutis para cuidarlo mejor

Para acompañar a la perfección ese vestido de novia soñado que lucirás en tu casamiento, no dejes de lado el cutis y el cuidado de la piel. Seguramente ya tengas definido el peinado con pelo suelto que vas a llevar pero el maquillaje está muy ligado al tipo de piel. Es importante que sepas cómo es la tuya y cómo la tenés que cuidar. ¡Así que ya sabés! Es vital que antes de mandar tus tarjetas de casamiento vayan pidiendo turno con tu dermatólogo.

Piel normal

Si tu piel no te trae ningún tipo de problema, ni con las rojeces, ni con los poros o con la grasitud, seguramente tengas una piel normal. En este caso, utilizá productos para cuidarla e hidratarla igual, ya que necesita cuidados de todos modos.

Piel grasa

Este tipo de pieles trae algunos inconvenientes sobre todo en épocas de verano y temperaturas altas, cuando genera más sebo o grasa de lo normal. También suelen tener los poros dilatados y en algunos casos pieles acneicas.

Te recomendamos cuidar mucho este tipo de piel. No necesariamente, pero algunas personas con piel grasa también la tienen sensible y deshidratada. Por esta razón es importante hidratarla bien. Existen diferentes maneras de hidratar profundamente la piel; para este tipo de pieles lo recomendable es usar geles en vez de cremas ya que este formato no deja la piel oleosa. Además, tratá de exfoliar tu piel una vez por semana con algún producto amable, que no te lastime pero que te de una limpieza profunda de poros y retire la grasitud que se haya acumulado.

Piel seca

Este tipo de piel se caracteriza por estar tirante, a veces presenta picor y es susceptible a factores ambientales externos. Si tu piel tiene un aspecto áspero y escamado comenzá por hidratar con una crema especial para piel seca, tomar mucha agua y utilizar desmaquillantes cremosos. Tampoco uses muchos tónicos con alcohol o agua micelar, podrían resecar más. Para desmaquillarte intentá usar un algodón con aceite de coco que es súper natural y gentil con la piel.

Piel sensible

Si tu piel se pone roja con frecuencia y es sensible a los cambios climáticos, seguramente tengas piel sensible. Si sos alérgica al sol, cuidala al máximo, no la expongas directamente y si lo hacés, que sea con protector. Es recomendable, para este tipo de piel —y para todas—, utilizar como mínimo un factor de protección 50 en todas las estaciones del año.

Poros dilatados

A veces no importa qué tipo de piel tengamos, los poros suelen jugar una mala pasada. En general, se encuentran en la zona T, es decir, en la nariz, a los costados de la misma, en la barbilla y/o frente. Para evitar que se vean feos, hay que cumplir con un par de normas y cuidados.

El tip número uno —para cualquier tipo de piel— es jamás irte a dormir con el maquillaje puesto. Los aceites y contaminantes ambientales que se acumulan en la piel se sitúan en los poros cuando dormimos. ¡Así es como se forman los granitos!

En segundo lugar, nunca debemos manipular nuestro rostro con las manos sucias. Incluso si nos maquillamos, que sea con esponjas o brochas. Y por último, abusar de productos de limpieza y exfoliación genera que se acumule más grasa en el rostro. Recordá lavar la cara una o dos veces al día nada más, especialmente antes de irte a dormir.

Cutis maduro

Más allá del tipo de piel que tengas, estos cuidados son recomendados para pieles maduras. Si tenés entre 40 y 50 años, no te olvides de exfoliar tu piel. Si es seca, una vez cada 15 días y, si no, una vez por semana para ir retirando las células muertas y que las cremas penetren mejor cuando las apliques. Utilizá cosméticos que tengan en su composición retinol, comé sano y con nutrientes, especialmente alimentos que contengan vitamina A, C y D. Además, agregá a tu rutina un serum anti arrugas y para las manchas si todavía no lo hiciste.

Si tenes más de 50 años, usá cremas que hidraten en profundidad, con vitamina E, implementa el sérum remodelador, y por supuesto, extendé todas las cremas que uses al sector del cuello.

¿Qué tipo de piel es la tuya? ¿Cómo la cuidas día a día? Recordá que, en caso de que quieras empeza algún tratamiento, deberías hacerlo con un par de meses de antelación a la fecha de tu casamiento, cuando hagas las pruebas de maquillaje y de tu peinado de novia.