8 consejos para una luna de miel en París, la ciudad del amor
La lista de recomendados para visitar en su luna de miel se hará casi infinita, dada la riqueza cultural e histórica de París. Pasear en barco, perderse en callejuelas, disfrutar del tesoro cultural. Es solo maravillarse con cada paso.
Un viaje a Francia los traslada al corazón romántico de Europa. Es indudable que después de la boda, toda la organización del evento con una maravillosa torta de casamiento, arreglos florales, invitaciones de boda y el increíble vestido de novia con encaje y bordados, les hace cosquillas la luna de miel. París es la ciudad del amor, juntos podrán disfrutar de todo su encanto y de la magia de sus alrededores. ¿Cuáles son los imperdibles de París?
1. Cuándo viajar
La temporada alta de París se da entre marzo y septiembre. La primavera trae todas las flores pero también las lluvias. El verano suele ser templado, con temperaturas máximas de 24 °C en julio. Las jornadas estivales les aseguran poder disfrutar de todos los paseos con mayor cantidad de horas de luz. La temporada invernal no es tan cruda como puede darse en otros países europeos pero algunas atracciones turísticas suelen tener horarios más reducidos.
2. Metro de París
Es una red muy amplia que les permitirá llegar a cualquier rincón de París. Junto con la red de ferrocarril suburbano, conforman un amplio abanico para movilizarse, cuyo centro neurálgico está en la estación Châtelet-Les Halles, en el corazón de París. Para quienes visitan la ciudad, hay diferentes formas de comprar tickets y no gastar mucho. Entre ellas, la opción del Paris Pass con numerosos beneficios en abonos de entradas; el Paris Visite, un pase de transporte y descuentos, ideales para estadías de una semana.
3. Los imprescindibles
Los sitios emblemáticos y de los que la mayoría ha escuchado o visto en películas son la Torre Eiffel, especial para maravillarse con la caída del sol y una vista panorámica; la Catedral de Notre Dame, una de las más antiguas y con grandes ventanales para disfrutar de una vista sin igual; el Arco de Triunfo, otro gran monumento y mirador, construido por Napoleón para conmemorar la batalla de Austerlitz; los Campos Elíseos, la avenida más famosa y concurrida de la ciudad; el Museo Louvre, el museo nacional de Francia, de los más conocidos en el mundo con grandes tesoros dentro de su patrimonio.
4. Los barrios cautivadores
Montmartre es de los preferidos por los turistas para recorrer sus callejuelas bohemias y artísticas, reconocido desde lejos por la cúpula de la Basílica del Sagrado Corazón. Cerca de la Plaza Pigalle, se encuentra el emblemático Moulin Rouge, muy vinculado con los artistas de la Belle Époque y el impresionismo. Luego el Montmartre bohemio en la Plaza del Tertre, con terrazas agradables para cenar y disfrutar de exposiciones de arte al aire libre.
Otro barrio parisino imperdible es Le Marais, uno de los más antiguos y cosmopolitas, donde es posible encontrarse muy cómodo, con una variedad de tiendas, salones de arte y restaurantes. El Barrio Latino, cerca de la Sorbona, debe su nombre a la lengua académica que hablaban los estudiantes durante la Edad Media. Tiene numerosos sitios para visitar, como los Jardines de Luxemburgo o la legendaria librería Shakespeare & Co, y terrazas de cafeterías para disfrutar.
5. La ciudad del amor
Recorriendo sus calles, se descubre la belleza en cada rincón de la Ciudad de la Luz. Pasear en crucero por el Sena es un ícono romántico que no se deben saltear. Luego, “El beso” de Rodin, en el museo homónimo, junto con los nenúfares de Monet, en el Museo de la Orangerie, y la Sainte Chapelle, iglesia gótica construida casi por completo con vitrales aseguran un recorrido lleno de luz, magia y arte para un viaje de puro amor.
6. Excursiones de un día
Si disponen de tiempo suficiente, cerca de París, saliendo en tren o en bus, hay lugares llenos de encanto. Ruan, la ciudad de los cien campanarios, con pinceladas que contrastan el estilo antiguo con lo moderno. Reims, de la región de Champaña-Ardenas, ideal para visitar las bodegas y disfrutar de un inolvidable vino espumante. Giverny, la ciudad de Monet, rodeada de la campiña francesa, desborda de jardines floridos.
Algunas salidas serán un poco más largas, pero resultan imprescindibles para introducirse en la Francia medieval. El Monte de Saint-Michel es una de ellas, una abadía del siglo VIII rodeada de mitos y leyendas. Otro paseo, el Valle de Loira, es recorrer fortalezas medievales, casonas históricas, castillos pintorescos y reliquias arquitectónicas a lo largo del río homónimo, y a la vez hacer un viaje en el tiempo.
7. Rumbo hacia Bélgica
Una excursión intensa de día completo, o con posibilidad de alojamiento, los llevará a Brujas, en la región de Flandes, la ciudad que mejor conserva la arquitectura medieval en Europa. Su atmósfera romántica es ideal para elegirla como ciudad complementaria en la luna de miel. En verano se puede descender a los canales y disfrutar de un paseo en barco y comprender por qué la llaman la pequeña Venecia del Norte. Su casco histórico es Patrimonio de la Humanidad.
8. Circuito combinado
La ruta de Bruselas, Gante y Brujas combina arquitectura, arte, romanticismo, historia y gastronomía. La Grand Place de Bruselas es una de las plazas más bonitas de Europa, rodeada de casas de arte, mercados, cafés, chocolates. Partiendo en tren a Gante, solo media hora de viaje los separa de la próxima parada con aire medieval. En el centro histórico, el Castillo de los Condes de Flandes es el comienzo de un recorrido a pie. El tercer día se lo dedican a Brujas, imposible no imaginarse dentro de un cuento de hadas.
Organicen el viaje con tiempo, compren entradas y pases online para aprovechar mejor su estadía. Si viajan inmediatamente después de la boda, que la dama de honor guarde el vestido de novia o lo lleve para la limpieza. No se olviden de comprarle un bonito souvenir original parisiense.