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Casamientos

Tips para elegir el mejor vino para el día de tu casamiento

Cada detalle importa, la elección del vino perfecto para el día tu casamiento también cuenta. ¿Vino joven, semi-crianza, crianza, reserva o gran reserva? ¿Tinto o blanco? ¿Cuál consigue mejor maridaje con el menú? ¡Te lo contamos!

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Sebastián Infante Fotografía

Champagne, gaseosas, agua, cerveza, jugo y vino serán probablemente algunas de las bebidas que vas a convidar a tus invitados durante la fiesta de tu casamiento. Este último, es decir, el vino, nos ofrece una gran variedad de tipos, sabores y texturas que hacen que su elección se convierta en una tarea bastante difícil. Por esta razón, acá te vamos a dar unos tips o consejos para que puedas seleccionar el vino ideal para la fiesta de tu casamiento.

Maridaje

El maridaje entre el vino y el menú es una tarea ardua. Todo dependerá de los platos que hayan elegido para el gran día, del tipo de vino que te guste a vos o a tu prometido; o el gusto o preferencia de tus invitados.

Crianza

Se trata de una bebida con una amplia gama de sabores y texturas. Los vinos adquieren características según su crianza, es decir, según como hayan sido fermentados. Se clasifican de la siguiente manera: jóvenes, semi-crianza, crianza, reserva y gran reserva. El vino joven, como su nombre indica, no pasa ningún tiempo en la barrica (tonel utilizado para elaborar y conservar el vino). En cambio, el semi-crianza pasa menos de seis meses. Mientras que el crianza y el reserva pasan un año en el barril, la diferencia entre uno y el otro, es que el tiempo de envejecimiento del reserva es superior (tres años completos) que el del crianza (aproximadamente dos años embotellado). En el caso del gran reserva, se caracteriza por ser creado con uvas de mucha calidad. Su estancia en la barrica es mínimo de dos años y tres en botella.

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Pautas marcadas

Se dice que hay unas leyes “establecidas” con respecto a esto. La carne roja o los quesos curados con el vino tinto crianza o el rosado resultan una mezcla idónea porque se realza el sabor de dichos alimentos, así que si están pensando en hacer un rico asado para ese día, lo tienen que elegir porque seguro que acertarán. También complementa muy bien con el pescado azul (salmón, atún, caballa, anchoa, entre otros) pero, en este caso, el vino tiene que ser tinto joven. En cambio, el vino blanco joven es ideal para las ensaladas y los entrantes, mientras que un crianza pega con quesos suaves, carnes blancas (pollo, pavo, pato, ganso), verduras en general, el marisco y pescado blanco (merluza, rape, raya, rosado, bacalao, etc.). Y los reserva y gran reserva son ideales para compartirlos con un buen guiso.

En resumen, hay que intentar que el vino y la comida se complementen o intentar encontrar un equilibrio entre ambos porque puede darse el caso de mezclar erróneamente un vino tinto con un alimento picante, cuidado porque esta unión provocará un ardor de estómago a los invitados.

Gustos propios

Pero, más allá de esas leyes, siempre tiene que prevalecer tu gusto o el de tu prometido. Si sos más de vino blanco con carne, lo podés hacer sin problemas. En estos casos también puede prevalecer el vino que siempre compartiste con tu pareja los días que comían o cenaban juntos, o elegir el vino que tu padre o el suyo tomaba los domingos cuando comían en familia. Un vino con valor sentimental es una buena opción porque lo hará más especial de lo que ya era para vos.

Elijas el que elijas, se convertirá en el vino de tu casamiento, un vino muy especial que cada vez que lo veas y lo pruebes te transportará a ese gran día de tu vida.

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