Pese a la pandemia y a todo lo que afecto a los proveedores, hubo cosas que fueron inaceptables.
1) La idea de contratar una barra libre fue para que, justamente, que se acabe la bebida no fuera una preocupación durante nuestro casamiento. Imagínense nuestra sorpresa, pasado el evento, que nos empezaran a llegar comentarios de nuestros invitados que durante el evento se fueron acabando las opciones. ¿Querías vino blanco? Ni al terminar la recepción, ya quedaba para pedir. ¿Querías Aperol? después de la segunda tanda no hubo más. Fui con mi esposa en la segunda tanda a pedir vodka con Sprite y me dijeron: "No me queda más Sprite". Bueno, dame con Speed, "No me queda más energizante". ¿En serio? Pago una barra libre y en la segunda tanda no te queda más. La cerveza se acabó en la última tanda de baile también.
2) Un dato menor, pero igualmente muy molesto. Tanto mi esposa como yo (totalmente diferenciables del resto de los invitados por nuestra vestimenta diferente, algo tan obvio que hasta parece un chiste que tenga que aclararlo) tuvimos que esperar mucho en la barra para que nos atiendan, priorizando a invitados que llegaban después de nosotros a la barra. No pretendo que se abran las aguas cuando llego yo, pero no puede ser que nos perdamos media tanda de baile por estar esperando 20 minutos que nos den un trago. En dos oportunidades, amigos míos le tuvieron que decir a los bármanes: "Che, él es el novio, atendelo, después me das el trago a mí".
3) Habíamos arreglado con la barra que, en vez de hacer brindis con champagne, queríamos hacer un shot general con todos los invitados. Arreglamos el trago, la logística de tener 140 vasos de shot, etc. En el momento del brindis, todos los invitados con shot, a nosotros nos traen dos copas de champagne. Le decimos "No, che... era un shot". Se van, y nos traen dos copones (como de gin tonic) con el trago del shot. Le decimos de nuevo "No, che... era un shot". A lo que nos responden "Pero de la barra nos mandaron esto". Parecía un chiste. Le dijimos por tercera vez "No, es un shot". Recién ahí lo trajeron.
No les pongo 1 estrella pura y exclusivamente porque la organizadora, pasado el evento, cuando le comentamos todo esto, nos pidió perdón y nos dio un dejo de explicación de por qué había pasado lo que paso. No obstante, disculpas o no, el evento ya paso y ya no hay nada que arreglar.

Ubuntu fue la barra en mí fiesta de casamiento, el 1/6/19 en Distrito Ciudad, CABA. La fiesta estuvo increíble, y la barra fue excepcional. Todo estuvo perfecto, la decoración de la barra, el servicio y la atención de todos los barman, ¡todos los tragos! No hubo persona que no nos hiciera mención de lo rico que estaba uno u otro trago. Todos salían rápido, pero con todos los detalles; ricos y estéticamente geniales. Los shooters, un éxito de toda la noche. Todo de excelente calidad, y servido con exquisito cuidado.
¡No puedo más que darle las gracias a todos los que forman este gran equipo! Y gracias especiales para Majo, que le puso toda la buena onda desde el principio y nos propuso un montón de cosas copadas. ¡Todos en Ubuntu contribuyeron a que fuera para nosotros una noche inolvidable! No dudamos en recomendarlos, por supuesto.

La barra se llevó todos los aplausos. La gente se amontonaba a su alrededor.
Los tragos, excelentes tanto en presentación como en sabor y variedad.
Un verdadero lujo. El personal, muy profesional y cálido con los invitados. Quedé más que conforme. Definitivamente recomendable.

Era la primera vez que organizaba un evento de semejante magnitud y donde mi marido y yo íbamos a ser 100% los anfitriones. Cuando comencé con la organización me puse bastante nerviosa, pero cuando contacté a las chicas de Ubuntu me sentí muy acompañada, me entendieron, aconsejaron y apoyaron en todas las decisiones. Hicieron que la organización sea más fácil y yo me sintiera mucho más cómoda. La flexibilidad las caracteriza, ya que tuve muchas idas y vueltas con mis decisiones y siempre supieron entenderme y escucharme. ¡Gracias chicas! ¡Hicieron de esa noche tan importante algo especial!