El casamiento de Daiana y Sebastian en La Plata, Buenos Aires
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D&S
13 Dic, 2014La crónica de nuestro casamiento
Nuestro casamiento fue sencillo, íntimo y muy relajado, tan solo 90 personas, sin embargo no queríamos dejar de tener un lindo recuerdo del comienzo de esta nueva etapa.
La ambientación fue toda DIY y dado que la fiesta no era lujosa quisimos poner la mayor cantidad de detalles exclusivos y personalizados que pudimos, realmente todos elogiaron cada detalle, lo cual me sorprendió porque pensé que muchos no lo iban a notar. Celebramos la boda en una quinta, ese día el pronóstico anunciaba lloviznas aisladas cerca del mediodía, nunca estuvo tan alejado el pronóstico como ese día, justo en medio de los últimos preparativos llovió muchísimo, fue un diluvio con granizo, fue un caos realmente. Terminamos demorándonos una hora, la idea era casarnos con la luz del atardecer, lamentablemente el sol no se hace esperar y para cuando estábamos listos el sol se había escondido totalmente.
La ceremonia
Para ambientarla simplemente elegimos sillas de madera blancas plegables, una mesa con un mantel blanco, unas flores en floreros de frascos reciclados y decorados, y de fondo el gran protagonista de la noche, una cortina de papel blanca, por otro lado preparamos una bandeja blanca con bolsitas de arroz en lienzo, las cuales tenían la inscripción “Love is in the air”.
Seguir leyendo »Comenzó a sonar Fix you (de Coldplay) y caminé hacia el altar tratando de ver a todos, pero solo recuerdo dos o tres personas, ahí estaba mi cortejo conformado por nuestros únicos dos sobrinos y nuestra hija ¡los tres pequeños se veían hermosos! El diacono comenzó con la ceremonia y al momento de pedirnos las alianzas nos miramos entre sí ¡Nos habíamos olvidado las alianzas! En ese momento comencé a reír por que no creía lo que estaba pasando, afortunadamente estaban en el cuarto donde me había vestido y en menos de dos minutos comenzó la bendición de anillos con el tema “A thousand years” (versión piano y chello), ¡ahí comencé a emocionarme! El diacono pidió a cada uno de nuestros padres que nos den la bendición y cada uno dijo unas palabras, el último fue mi papá, quien se quebró y me abrazó llorando ¡cuando levanté la mirada había invitados lagrimeando por todos lados, todos se emocionaron!
Finalmente la ceremonia terminó con el tema Life in technicolor II ( de Coldplay), el momento que por alguna razón más espere fue un momento simplemente perfecto bajo una abundante lluvia de arroz rodeados de nuestros seres queridos y con una sensación de “Lo hicimos”.
La recepción
La ambientación era simple, telas, luces, muchos frascos y botellas recicladas como floreros, y unos sillones blancos simples. En un rincón pusimos una guirnalda de fotos polaroid que mostraban nuestra historia juntos y en otro rincón había un cartel de yute con las inscripciones de “Nuestra Boda” y “Seba y Dai”.
Durante la recepción nos ausentamos unos breves minutos para unas fotos en el parque, luego volvimos a estar con los invitados, aprovechamos unos minutos para unas fotos familiares, solo padres y hermanos.
La fiesta
Preparamos un cartel de bienvenida, decoramos rincones botellas y latas blancas con flores, pusimos velas por todos lados en fanales de vidrio y en faroles blancos. Nos preparamos para la entrada al salón con el tema Wonderful World (la versión de Los Ramones), inmediatamente fue el vals, muy breve porque así lo quisimos, y enganchamos una tanda bailable.
Comenzó la cena, elegimos algo simple y que le gustó a la mayoría, asado libre con una isla de ensaladas, realmente lo tengo que mencionar, la carne fue excelente, todos comentaron lo bien que comieron esa noche. Fueron 3 tandas bailables con temas de todas las épocas y todos los estilos, y una última tanta para el cotillón, elegimos cotillón luminoso químico y algunos sombreros y capelinas, pensé que habíamos comprado poco, pero luego descubrí que incluso había sobrado.
Durante la fiesta hubo barra libre toda la noche, de postre tuvimos brownie con helado, y de mesa dulce tuvimos una variedad de cositas dulces muy ricas, al final de la fiesta terminamos con café y medialunas, fue gracioso que todos comentaran lo rico que estaba el café, yo no llegué a probarlo. Mientras los invitados disfrutaban de la mesa dulce aproveché unos minutos para hablar con unos amigos y en eso ¿Qué pasa? ¡Se corta la luz! ¡Yo comencé a reír, porque ya era como mucho! Lo único que faltaba que nos pase pasó. Por suerte fueron solo unos 30 segundos, enseguida volvió todo a la normalidad.
Hicimos ligas y cintitas improvisadas, había decidido no hacerlas pero mi mama insistió y las hizo de último momento así que mientras me quitaba las ligas iba pensando a quien llamar. Para el corte de la torta y las fotos pusimos de fondo el tema Juntos a la par (de Pappo) y luego para el brindis pusimos Stand by me (versión de John Lennon) mientras agradecíamos públicamente a todos por estar, y agradecimos uno a uno a todos los que nos ayudaron con toda la organización de la fiesta. Hicimos el photobooth como reemplazo de las fotos de mesas, para ese momento preparamos unos cartelitos negros con frases graciosas ¡fueron un éxito! De fondo pusimos una cortina de arpillera estampada en blanco.
Y se acabó
Despedimos a nuestros invitados con una cajita que contenía un desayuno post-boda, a todos les gustó por suerte. Durante el fin de fiesta el DJ avisa a los invitados que el micro para los que iban a Florencio Varela, de donde eran la mayoría de los invitados, ya había llegado, así que los invitados comenzaron a partir. A los minutos los veo sentados en la recepción ¡el micro no arrancaba! Por suerte llamaron a la agencia para que envíen otro y unos 40 minutos después pudieron partir, al final solo quedamos nosotros y mi mamá.
Llegamos casi a las 6am a casa con la beba despierta, nos fuimos directamente a dormir, no hubo noche de bodas porque teníamos unas pocas horas para dormir y preparar las valijas para la tan esperada luna de miel.
Conclusión
La boda mueve muchos sentimientos, nos sorprendimos de buenas y malas maneras, trabajamos muchos para tener “nuestro día”, pero es más que eso. Nunca olvidaremos el 2014, el año en el que descubrimos amigos de oro, el año en el que mi mamá fue mi mano derecha, el año en el que mi pareja me escuchó hablar todos los santos días de la boda, el año en el que todos se movieron por nosotros, el año en el que aprendí a hacer manualidades, el año en el que fui novia. No sé si la boda fue “perfecta” pero sin duda fue un año para no olvidar, fue un año perfecto, una experiencia maravillosa.
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