El casamiento de David y Aye en Ramos Mejía, Buenos Aires

La crónica de nuestro casamiento

Fue una noche mágica donde todo lo soñado se hizo realidad, el cual disfruté cada segundo que pasó y siempre tuve impregnada una sonrisa gigante de felicidad absoluta.

En ningún momento estuve nerviosa, si no, más bien ansiosa a que llegue ese momento tan pensado entre los dos.

Le doy gracias a la vida por haber tenido ese hermoso casamiento, por estar casada con el amor de mi vida y por haber compartido ese momento con la gente que quiero.

Como si todo eso fuese poco mis papas me cumplieron el sueño que tenía desde chica que eran los fuegos artificiales los cuales fueron pensados y diagramados con tanto amor que parecían hechos para nosotros.

Simplemente estoy feliz y recomiendo a la gente que se ama que se anime a casarse que es una experiencia única.