El casamiento de Diego y Carla en Parana, Entre Ríos

La crónica de nuestro casamiento

Ese día arrancamos tempranito con unos ricos mates (yo sin dormir, mi marido durmió un poco). 10 de la mañana, nos fuimos al salón a llevar todas las cosas para la deco, allí nos esperaban mi cuñado y concuñada, una amiga y dos parejas amigas para armar todo. Todos muy distendidos mientras charlamos y tomábamos mates armamos todo y para las 12:15 ya estaba todo listo y precioso. Nos fuimos a comer algo no recuerdo qué era y nos acostamos un ratito para descansar, aunque sea el cuerpo.

16:45 arrancamos los preparativos, estaba mi cuñado acompañando a Diego y a mí me acompañaban dos grandes amigos, Sandra y Aníbal, ambos peluqueros y An, maquillador también. A las 18 en punto, como habíamos acordado, llegaron los dos fotógrafos. Estábamos todos tranquilos, pero había unos silencios mortales, muchas sensaciones y sentimientos a flor de piel, pero el peinado y el make up ni se movieron. A las 20 horas llegó Juan (esposo de Sandra) que junto con los fotógrafos (unos grosos), pusieron el moño a la camioneta. 20:30 y partimos (Sandra, Aníbal, Juan y yo) para la capilla. Había mucho tránsito así que llegamos 15 minutos tarde. Ahí me esperaba el padrino (mi gran amigo del jardincito de 4). A las 21:20 arrancó la marcha nupcial de Wagner, la hija de un primo (creo que sería sobrina) de 15 años me llevó los anillos, realmente una sorpresa hermosa, ¡porque no tenía damita! Entramos y lo primero que busqué fue su mirada, estaba ahí esperando muy hermoso, emocionado y orgulloso del paso que íbamos a dar. Fue muy fuerte, yo no lo podía creer, estar ahí después 16 años, de todo lo que pasamos juntos, lo bueno, lo malo y siempre apoyándonos en todo, fue algo realmente increíble e indescriptible. A partir de ahí perdí la noción del tiempo y del espacio, es como que el mundo se paralizó en ese instante... solamente estábamos él, yo y Dios. Dimos el sí, después de los anillos, el Ave María a capella bellísimo, nuestro primer beso de recién casados, muchos aplausos y la salida también con marcha nupcial, pero la de Mendelson. Mucho arroz, pero mucho arroz, mucho beso y abrazo de todos. Hicimos un par de fotos ahí y en el jardín del salón.