El casamiento de Diego y Natalia en Funes, Santa Fe

La crónica de nuestro casamiento

Ese día arranque con un cúmulo de emociones, ¡con ganas de que el día sea interminable! Me fui a cambiarme a un hotel con mis hermanas y mi mejor amiga que me acompañó todo el día, ahí me maquillaron y peinaron, mientras que el novio se cambiaba en el departamento con su familia. Cuando llegaron los diseñadores, Tony y Sergio de Bella Marina, con mi vestido soñado, me empezaron a aparecer los nervios. Después de que me pusieron el vestido, intenté de respirar hondo y de disfrutar de todo lo que estaba pasando. Llegó el momento de ir para la iglesia. Salgo del hotel y me dirijo al auto de mi papá, que en cuanto lo veo con su traje y que sé que habrá peleado toda la mañana en colocar el moño en el auto, él estaba ahí para acompañarme y llevarme a la iglesia, e intenté de no largarme a llorar por la emoción.

Llegamos a la iglesia (Lourdes), me bajo del auto y me preparo para entrar de la mano de mi paáa que me apretaba fuerte para que yo me sienta segura y no me desmaye o me caiga de las escaleras de la emoción que sentía, pero en cuanto lo veo a él, a mi pareja, mi compañero de vida hace 9 años esperándome en el altar hizo que me vuelva a enamorar de él. No le pude sacar la vista de encima y ni me preocupé en si se me caía una lágrima. La ceremonia fue hermosa, que estén todos mis familiares y amigos fue lo ideal, y el ave María cantado por Victoria Escudero fue tan sublime y hermoso.