El casamiento de Francisco y Alejandra en San Miguel de Tucumán, Tucumán

Era el viernes a las 22:30 y nos quedaba aún cocinar las ensaladas (ensalada rusa), preparar las pizzetas, terminar con 5 suvenires, armar el ramo que tenía que ser tirado en la fiesta, detalles de los centros de mesa que nos regalaron, imprimir y recortar las fotos que serían puestas en el salón.

Llegado el sábado desde temprano llovía fuerte, nuestro salón era un quincho semicerrado, lo cual nos generó bastante miedo que no puedan disfrutar los invitados. El salón nos lo dieron a las 11 de la mañana y a las 13 nos teníamos que casar. Mi esposo fue encargado de acomodar el salón, lo cual provoco un problema gigante ya que eran las 12:45 y aún no se había preparado.

Mientras tanto yo desde las 12 esperando solo que llegue él a la iglesia, yo estaba en la casa de mi madre. Mi amiga me arreglaba el cabello y mi sobrina fue quien me maquilló, me calmó los nervios, me alentaba y puso su auto para que sea el auto nupcial.

Cuando por fin mi esposo estaba en la iglesia, nosotros fuimos a la iglesia. Fue un viaje corto porque de lo de mi mamá a la iglesia son 10 minutos, y quizás menos.

La iglesia fue perfecta, me temblaba tanto las piernas, mi sobrino y el de mi esposo entraron con las alianzas, mi hermano menor me acompañó al altar, mi mundo quedó en solo mi esposo y yo allí frente al altar, no veía a nadie más que a nosotros.

La iglesia habrá tenido cerca de 50 personas (incluido nuestros catecúmenos de catequesis especial). Nuestros votos los decidimos decir nosotros, nuestras madres leyeron las lecturas y, como si fuera poco, un matrimonio amigo de la iglesia nos cantó en vivo las canciones en el momento de los anillos, en la comunión, en el momento de firma de papeles y a la salida.

Cabe destacar que me hice la fuerte, la que no lloraba, pero en el momento que vi a mi sobrina (tenemos la misma edad y es como mi hermana del alma) lloré como si no hubiera mañana.

Hicimos sesión de foto bajo el agua, ya que seguía fresco y lloviendo, no nos quitó las risas de las fotos y nuestra felicidad. Llegamos al salón donde nos esperaron todos nuestros seres queridos, entramos con el tema de “Hasta el final”, de Il Divo, y luego nuestro tema “Adónde vamos”.

La gente comió, bailó y disfrutó hasta no poder más, para nosotros salió todo más que perfecto y un bonus tracs en el ramo: 3 chicas lo agarraron juntas.

Finalizado nuestro casamiento, el damo de honor nos ayudó a descargar las cosas que sobraron y los regalos.

Nuestra luna de miel, por cuestiones económicas y tiempo, la tenemos pensada hacer en julio.