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El casamiento de Franco y Carolina en Mendoza, Mendoza
Al aire libre Verano Rojo 0 profesionales
El 18/03/2017 69 0 0
F&C
18 Mar, 2017
La crónica de nuestro casamiento
Todos queremos que ese día sea perfecto, y el mío lo fue.
Toda la comida y la organización la hicimos nosotros a pulmón, eso es hermoso, pero también agotador. Tuvimos a toda la familia y amigos ayudándonos en la cocina, decoración, colaborando con bebida, en fin, todos pudieron sentirse parte de nuestro gran día.
Un grupo de amigos nos regaló la noche de bodas en un hermosísimo hotel, por lo que nuestro plan era ir temprano, registrarnos, bañarnos y después separarnos cada uno por su lado (yo me quedaba en la habitación, beneficios de ser la novia). No pusimos hacerlo puesto que el fiambre que teníamos que retirar en la mañana llegó más tarde y se atrasaron los planes, sin embargo, nos registramos, conocimos la habitación, franco se fue, yo me bañé y quede a la espera de la peluquera y maquilladora.
Compartí la previa con mis 2 mejores amigas, una quien me peinó y otra mi testigo, también estuvo mi hermana. Hicimos ameno el momento tomando un fernet, mientras mi futuro marido tomaba un té de manzanilla en lo de su papá.
Seguir leyendo »El tiempo se pasa volando cuando empieza el gran día. Ni me di cuenta y ya estaba lista y poniéndome el vestido. Hicimos una sesión de fotos en una habitación fantástica del Sheraton y allí fue cuando me di cuenta que el vestido me quedaba muy largo. ¿Cuál fue la solución de mi amiga? Cortarlo con una tijerita escolar. Ya no quedaba tiempo, así que fue la mejor opción; ¡qué coraje! Era lo que necesitaba.
La llegada a la iglesia fue mágica, esa parroquia en la que había dado comunión y en la que participaba del grupo misionero, tantos fines de semana ahí, y ese sábado fue distinto, algo que nunca había pensado. Mi papa tiene un problema en el tobillo, así que entré en 3 partes: primero mi hermano mayor, después mi hermano menor y unos pasos con mi papá (¡todavía no sé cómo contuve las lágrimas!), mi mamá falleció en el año 2008, así que mi madrina fue mi madrina de bautismo a quien amo con todo mi corazón.
La celebración fue emocionante y las palabras fueron las justas, a todos les encantó.
El trayecto al salón fue muy divertido, la caravana era larguísima y nosotros íbamos en un Citroen 3cv con latitas de cerveza que hacían un quilombo bárbaro.
El resto de la noche fue un flash, muchos amigos, mucha familia, la comida abundante e increíble. La barra la sensación de la noche. Pasé muy pocos momentos con mi marido, pero nos encontrábamos, bailábamos, nos reíamos un rato, y otra vez nos desaparecíamos.
La fiesta terminó a las 6 de la mañana, pero podríamos haber seguido hasta las 10.
La sensación del medio después no tiene comparación, estaba llena de alegría por todo lo vivido, llena de gratitud a todos lo que hicieron esta noche impecable, con ese vacío de que todo terminó ¡Pero de que algo muy grande empezaba!
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