El casamiento de Hernan Carletto y Marcela Moreno en Mendoza, Mendoza
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H&M
09 Sep, 2022La crónica de nuestro casamiento
Fue un día mágico, soñado, y en mi caso algo nostálgico. Soy colombiana, toda mi familia vive en Medellín y todo el casamiento fue en Mendoza (allí esta toda la familia de mi ahora esposo), así que gran parte de mi familia y amigos no pudieron estar, pero tuve de fortuna de ser acompañada por mis padres de manera presencial y todos los demás de manera virtual.
Fue un momento maravilloso, siempre pensamos en hacer algo simple, puesto que no éramos muchos, pero a medida que iba viendo la página y buscando opciones, se fueron sumando miles de cosas que ni había pensado.
Tuvimos nuestra ceremonia civil y luego un almuerzo en restaurante. Pasamos un día maravilloso desde la levantada a las 4 a.m. para ir al maquillaje y peinado, hasta la lavada de cara del final del día.
Fue un día donde primo el amor, el cariño de tantas personas, las lágrimas, pero sobre todo la felicidad de saber que todo había salido hermoso. Y escuchar ahora a mis amigos decir "estaban hermosos ese día" te llena el corazón, que todavía lo recuerdo y me emociona.
Seguir leyendo »Mi día comenzó a las 4 a.m. cuando sonó el despertador (aunque admito que no dormí casi nada). De ahí para el estudio al maquillaje y peinado mío, de mi madre y mi suegra, nuestro civil era 11:30 a.m. y debemos salir 10:30 a.m. de casa porque el registro era algo retirado.
Ok, 10:00 a.m. y todavía me estaban maquillando. ¡Omg! Ahí empieza mi angustia por el tiempo y mi novio esperando para salir, pero le dije: "es nuestro día y no lo vamos a arruinar en esto, 5 minutos y estamos". Y así fue.
10:05 a.m. emprendimos nuestra salida al registro, pero antes no podía faltar la bendición de mis padres, ahí comenzó mis primeras lágrimas y, ver a mis padres con sus ojos encharcados, más aún. Nos montamos al auto y ya luego no me sentía angustiada, sino más bien expectante. Ese día hizo bastante frío, pero trate de dejarlo a un lado.
Fue algo raro, no iba la novia en un carro separado y ser esperada por su futuro esposo en el altar. No, íbamos los 2 juntos en el auto con mis padres, yo tomándome fotos con mi madre y él manejando. En el camino nos paró un policía, lo que nos faltaba, y mi esposo que dice: "voy para mi casamiento, atrás va la novia y vamos a llegar tarde". Así que contamos con suerte porque pudimos seguir nuestro camino, llegamos al registro, estaba toda su familia esperándonos y entramos, se hizo toda la lectura el acta y firmamos, ¡ya estamos casados! Luego nos pusimos nuestras alianzas como símbolo de nuestra unión.
Salimos de allí, arroces van y vienen. Fue hermoso, y ver toda mi gente conectada en Zoom, acompañándome ese día tan especial, así fuera a la distancia fue maravilloso (que lo recuerdo y se me encharcan mis ojos).
De ahí nos fuimos para una plaza en San Martin y tomamos algunas fotos generadas con nuestra imaginación y lo que uno ve en internet, nos creíamos modelos. Algo hermoso que recuerdo de ese momento fue una niña en la plaza como de 5 años que dijo: "mamá, mírala qué hermosa, parece una princesa". Yo solo pensé en abrazarla de lo bella que fue, y sí, ahí sí que más me sentí una princesa, una privilegiada de Dios.
De ahí fuimos al restaurante que ya habíamos reservado y la entrada fue otro momento para llorar; llegar y ver todo lo que había hecho, todo lo que habían organizado: el salón, la torta, los souvenirs, la mesa dulce, etc. Wow, divino. Recibir regalos de mis hermanas, cartas con mensajes hermosos y quien dijo que lloraba.
Luego comimos, tomamos y no podía faltar el brindis, palabras mías, palabras de mi padre y palabras de mi esposo, que si me pongo a recordar vuelvo y lloro.
Solo puede resumir en darle gracias a Dios por contar con todos en ese día y a cada uno de los presentes que hicieron de ese día algo soñado. Partimos la torta, fotos con el cuadro de selfie otras copas y para la casa de mi suegra a seguir hablando, riéndonos y disfrutando del día. Y para cerrar, mi esposo quitándome los invisibles del cabello.
¿Qué nos queda? Nuestra segunda boda en Colombia, por supuesto. En la iglesia cristiana junto a toda mi gente, esa todavía está en definición.
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