El casamiento de Ismael y Romina en Valle Hermoso, Córdoba

La crónica de nuestro casamiento

Chicas, la noche pasó tan rápido, pero les juro que es una de las mejores cosas que les pasa en la vida.

Todo salió hermoso, desde el momento en que desperté esa mañana pensando que se iba a llover todo y no fue así. Les cuento un poquito.

Ese día desperté a las 10.00, un rico desayuno y rodeada de mis familiares más cercanos, me hicieron dar cuenta que era el gran día, no sentía nervios, sólo quería disfrutar cada momento.

A las 16 me empezarn a peinar; me hice un rodete alto para que se distinguiera el vestido y un hermoso tatuaje que llevo en la espalda; a las 19 ya empecé a ponerme esa tela blanca, que venía con canutillos, bordado, apliques y una cola de 2 metros, junto a un velo precioso; sentir el olor de la tela, colocártelo y saber que ya no hay más pruebas previas, prenderlo y que te veas una Diosa, es algo que no tiene precio; más aún cuando quienes te rodean (en mi casa mi mamá, hermana y estilista) te hacen sentir una princesa de cuento de hagas, y sí, así se siente, ahí te das cuenta que comenzó tu momento, ahí es cuando descubrís que valió la pena cada segundo de toda la organización y queres salir, que todos te vean y disfrutes.