El casamiento de Jorge y Virginia en Almagro, Capital Federal

La crónica de nuestro casamiento

El 17 de agosto nos recibió con una terrible tormenta. Me desperté a las 8:00 con un mensaje de los fotógrafos diciendo que ya estaban en camino. Al poco tiempo llegó mi maquilladora, que a pesar de la lluvia llegó a tiempo y totalmente lista. Comenzamos a prepararnos y al poco tiempo la diseñadora del ramo que superó mis expectativas ámpliamente y los fotógrafos que comenzaron a registrar todo. mA eso de las 10:00 llegó Jorge a la casa con su padre y hermanos, y comenzaron a prepararnos. A las 11:00 ya estaba totalmente lista, y gracias a Dios comenzó a salir el sol. Mi familia se fue a la iglesia donde sería la ceremonia, muy próxima a nuestra casa, donde mis amigas estuvieron dándome una mano para terminar los últimos detalles en aquel lugar (¡Gracias!). A las 11:30 llegó Leand, un amigazó que nos estuvo trasladando de un lado al otro en esta fecha tan importante (¡Te pasaste, gracias!) Con Jorge y su hermano nos quedamos esperando que llegué un auto para llevar las cosas al salón, ya todos vestidos de novios jaja, paralelamente Pamela, estaría preparando cada detalle del salón. Finalmente nos dirigimos hacia la iglesia donde nos estaban esperando nuestras familias. Se abrieron las cortinas y con Jorge comenzamos a caminar hacia el altar, contentos, felices, emocionados y decididos de que ambos estábamos yendo juntos por el camino correcto. Al frente nos esperaban nuestros padres totalmente conmovidos. La ceremonia fue corta, pero linda, y profunda y conmovedora. Nuestro Pastor Nato compartió un mensaje y nos guió en la ceremonia. También pudimos cantar acerca de la fidelidad de Dios en este camino, guiados por nuestros amigos Dama y Matt (¡Gracias, chicos!). Por último, sellamos la decisión de esforzarnos para amarnos y caminar juntos toda la vida, pidiendo la ayuda y bendición de Dios. Nuestros padres oraron por nosotros, terminamos celebrando y llenos del afecto de todos aquellos que nos acompañaron en este día. Finalmente nos dirigimos hacia el salón, lugar en el que compartimos un almuerzo con las personas que más queremos y también compartimos muchas risas de la mano de Líbranos del Mal (hacen un show de improvisación de 100). Compartimos un video que nos hizo nuestras familias, que nos llevó por todo el recorrido de nuestras vidas hasta este momento. Terminamos brindando, tomando muchas fotos y llevándonos recuerdos que perdurarán en nuestras mentes y corazones por siempre. Fue un día que superó nuestras expectativas ampliamente, y sabemos que Dios estuvo en cada detalle. Gracias por haber sido parte del mismo a cada persona. ¡Los queremos!