El casamiento de Juan Carlos y Pamela en Caballito, Capital Federal
Elegantes Invierno Blanco y negro 2 profesionales
J&P
07 Jul, 2018La crónica de nuestro casamiento
Ese día me levanté temprano, estaba toda la familia de mi marido que había venido de Perú, desayunamos todos juntos. Más tarde almorzamos y tipo 15 horas agarré el bolso que había armado y Juan me llevo a lo de mi mejor amiga, Paula, íbamos a prepararnos con ella y mi comadre en su casa. A las 16 horas llego la peluquera/maquilladora y comenzó a prepararla a Pau (Mara no había llegado), luego llegó mi comadre y siguió con ella, para las 17 horas ya estaban las dos y bueno, me tocaba a mí. Ahí empecé a sentirme un poco nerviosa (no mucho), tipo 18 horas ¡llegó la modista con mi vestido y el velo! Y ahí los nervios se apoderaron totalmente de mí. La peluquera/maquilladora terminó y se fue, tipo 19 horas empezó a vestirme la modista y para las 19:30 estaba lista.
Supuestamente a las 20:30 horas tenía que pasar el marido de mi amiga que se había ofrecido a llevarme a la iglesia, llegó la hora y nada, las 20:45 y nada, bajamos a esperarlo a la puerta, ya los nervios eran muy fuertes. A todo esto, Juan le mandaba mensajes a mi comadre preguntándole que donde estaba, ¡a las 21 hs tenía que entrar a la iglesia! Eran las 21 horas y no llegaba. Conclusión: llegó a las 21:30 hs, yo estaba desesperada, me dijo que mi amiga le dio mal la dirección y pobre, se volvió loco, claramente la quería matar a mi amiga, pero bueno, ¡ya estaba ahí! Así que emprendimos el camino hacia la iglesia, llegamos, bajaron mis amigas del auto y fueron a buscar a mi hijo mayor adentro para que venga (él iba a entrarme a la iglesia). Cuando lo vi salir, quería romper en llanto, pero no, me aguanté, lo abracé y le di la mano, me mira y me dice: “estoy nervioso, mami” y le digo: “yo también, pero tenemos que calmarnos y entrar, ¿estás listo?” “Sí”, me dijo. Abrieron las puertas, pusieron la música y ahí empezamos a caminar, yo trataba de enfocar mi mirada en Juan o en Gael, estaba muy nerviosa y feliz, llegué al altar y ahí estaba mi amor esperándome, le doy la mano, un beso y me dice: “¿dónde estabas?”, “perdón” le dije, ¡pero no fue por mi culpa! Ahí el Padre Luis comenzó la ceremonia, juro que no me acuerdo de nada de lo que dijo, estaba muy nerviosa. Llegó el momento de los anillos, de la firma nuestra y de los padrinos y de ahí, Juan dijo unas palabras, hermosas, emocionantes y ahí fue donde no aguanté más y me largué a llorar.
Seguir leyendo »Terminó la ceremonia y empezamos a caminar juntos, como marido y mujer ante Dios hacia la salida, ahí empezaron las fotos, saludos, hacía muchísimo frío y encima llovía, dicen que la lluvia el día de tu casamiento es bendición así que lo tomamos así. De ahí nos subimos al auto y le explicamos a Juan junto con el marido de mi amiga que había pasado, mientras que nos íbamos para el salón. Llegamos, y subimos directamente a la habitación del salón mientras que los invitados disfrutaban de la recepción, subieron los fotógrafos y empezamos con la sesión, tuvimos que hacerla así y ahí porque llovía, luego de eso nos subieron unos canapés para no morir de hambre, ¡y llegó el momento de nuestra entrada! Pusieron la canción de Rihanna, “We Found Love” ¡y al minuto de la canción entramos! Cuando terminó, nos vinieron a saludar todas las personas y fue muy emocionante cuando mi madrina me abrazó y me dijo: “tus papas están acá acompañándote y están felices por vos” y ahí nuevamente no aguanté el llanto, porque realmente solo me faltaban ellos ahí para ser 100% feliz.
Se vino el vals, Juan estaba nervioso y solo me decía: “No se bailar esto”. ¡Bailamos con casi todos y empezó la primera tanda de baile! Luego de eso vino el primer plato, otra tanda de baile, el plato principal, otra tanda de baile, ¡el postre y el corte de torta! Luego tiré el ramo, que se lo ganó mi prima hermana. ¡Juan tiró el whisky y se lo ganó el marido de su prima! Y llego el carnaval carioca, todos enloquecidos con el cotillón luminoso, bailando, haciendo el trencito. Todo salió hermoso y perfecto, no hubo inconvenientes ni contratiempos (sacando el temita de la llegada del auto). Fue un día maravilloso y creo que nos faltaba solo esto para completarnos como pareja, la pasamos genial con la gente que amamos y luego coronamos con una fabulosa luna de miel a Brasil. ¡Así que solo me queda por decir que disfruten ese dia al máximo porque es único e irrepetible!
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