El casamiento de Juan Manuel y Gabriela en San Telmo, Capital Federal

Tanto los souvenirs, como los centros de mesas (floreros y caminos de arpillera) fueron totalmente hechos a mano por nosotros. También nos encargamos de armar los kits de supervivencia. Por otro lado, para la decoración de la entrada nos ayudó la familia, mi papá nos hizo el cartel de bienvenida en madera, a los que luego agregamos los vinilos. El seating plan también lo hicimos nosotros, imprimiendo y pegando blondas en cada uno.

Como verán, no quería un vestido de novia común y corriente, así que mandé a confeccionar a una diseñadora mi vestido, el cual supe desde el primer momento que sea verde. Mi marido fue el primero en comprar su traje para la fiesta y el outfit para el civil. Nuestra familia fue de gran ayuda en todo el proceso de organización y les estamos totalmente agradecidos por eso.

En nuestro caso, no somos religiosos. Hicimos ceremonia civil en la Comuna 5, Boedo; nos tocó una jueza muy amable y cálida, que nos habló de la importancia de la paciencia, la comprensión y de la construcción del amor. Hizo hablar a los testigos (sí, tuvimos cinco testigos, mis dos hermanos y amigos que son como hermanos). Nos emocionamos muchísimo, y después nos llenaron de serpentina y papelitos que elegimos tirar en vez de arroz. Luego de la ceremonia, fuimos a comer a un restaurant cerca del registro, que habíamos reservado previamente.

Cabe mencionar que el día miércoles comenzaron a haber cortes de luz en nuestro barrio, la luz volvía por algunos periodos de horas. El calor hacía difícil algunos momentos, y además teníamos incertidumbre porque tenía que venir a casa mi maquilladora/peinadora y no sabíamos qué iba a pasar. Por suerte, el viernes a la mañana hubo luz y me dio tiempo a poder peinarme y maquillarme, pero al momento de cambiarnos se volvió a cortar. Entre los nervios que teníamos, el tiempo que nos corría, fue un poco decepcionante, pero lo pudimos resolver super bien. Así que, hasta el mismísimo viernes del civil, con un calor tremendo llegamos a nuestra ceremonia con el sudor de la frente, literal pero felices.

A esa altura ya teníamos todo organizado, habíamos llevado previamente toda la decoración al salón (que se ofrecieron amablemente a acomodarlas ellos, con mínimas indicaciones supieron exactamente lo que queríamos lograr). Por lo tanto, el viernes a eso de las 17 horas, después del civil, solo nos dedicamos a disfrutar, dormimos una siesta como de 5 horas. Me costó dormir a la noche, un poco por la siesta y un poco por la ansiedad.

El sábado arrancó tranqui, como un día normal, pero sabiendo que a la noche festejábamos nuestro casamiento y que había llegado el día que veníamos esperando y tachando en el calendario desde hace 5 ó 6 meses. Mi marido se fue al mediodía a organizar algunas cosas al salón respecto al sonido (sí o sí debía coordinar algunas cosas con el DJ) ya que el show de la fiesta estuvo a cargo de él y amigos, que son músicos e hicimos covers de rock. Yo mientras que estaba en el salón, le iba preguntando algunas cosas, para chequear que todo estuviera bien, si algo estaba mal, no me enteré para nada.

Respecto al show, si bien sabíamos que a muchos les iba a gustar, teníamos miedo que una parte de los invitados no se cope, pero fue espectacular la onda que se generó, todos estaban super felices. Salió 10.000 veces mejor de lo que habíamos imaginado. Cantamos, bailamos e hicimos pogo.

Al salón habíamos llegado en el auto de mi suegro, que fue nuestro chofer y que se encargó de hacerle toda la decoración con moños. Fue una sorpresa hermosa. Como nosotros no hicimos ceremonia religiosa ni tampoco simbólica, habíamos decidido que al salón ingresen con nosotros mi papá, la mamá de mi marido y el hijo de mi marido. Habiendo salido de casa, a las 10 cuadras me di cuenta que me había olvidado los aros, asi que volvimos y nos demoramos un poquito más de lo previsto, pero eso también sirvió para que todos los invitados fueran llegando y disfrutando de la recepción.

Cuando llegamos, ingresamos al salón al ritmo de la canción de entrada que habíamos elegido y a partir de ese momento, nos olvidamos de los preparativos, de los nervios. Fue todo disfrute, emoción y alegría. En resumen, fueron meses de mucho trabajo, en el marco de gran incertidumbre (organizamos nuestro casamiento entre septiembre-febrero), pero lo disfrutamos muchísimo, nos quedaron recuerdos hermosos. Nuestros invitados la pasaron tan bien como nosotros. Creemos que el casamiento fue la excusa perfecta para reunir en una sola noche de celebración a todos nuestros seres queridos.