El casamiento de Juani y Flor en Pilar, Buenos Aires

La crónica de nuestro casamiento

Pensé que iba a ser a puro nervios, pero me comporté bastante bien. Todavía no puedo creer que ya pasó casi un año de ese día en dónde cambiaron nuestras vidas.

Fue una noche mágica. Empecé mi día desayunando tranquila en mi casa, y luego me fui a la casa de mis viejos donde, junto a mis hermanas, mamá, suegra y cuñada, nos íbamos a poner listas para el festejo. Imagínense, 7 mujeres empilchándose, ¡un caos! Pero no, nos mantuvimos con calma. Tranquila empecé con la manicura, donde ordenó mis manos y pies. Luego almorcé y esperé a que vinieran los peinadores y maquilladores. Mientras esperaba fui al salón, porque mi cabeza no podía estar tranquila si yo no llevaba unas cosas que faltaban para la decoración (lo hicimos todo junto a una amiga, y yo le doy mucha bola a que todo salga como planeo). Cuando regresé, ya estaba más tranquila, y los encargados de embellecerme esperándome.

¡La noche fue soñada, todos felices y festejando! Tuvimos un pequeño problema con la luz, cuando estábamos por entrar al salón, luego de una exitosa ceremonia y recepción al aire libre, salta la luz y el generador no lo podíamos hacer funcionar. Mucho estrés para mí, pero por suerte se solucionó, y la fiesta salió 10 puntos. Los invitados bailaron hasta cansarse, ¡y todos tuvimos una noche inolvidable!