El casamiento de Lautaro y Mariana en Santo Tome, Santa Fe

La crónica de nuestro casamiento

Empezamos el dia de nuestro casamiento a los Santos mocos .. no porque el estrés o la emoción nos motivara al punto de llorar sino porque ambos estábamos resfriados. Todo estaba encaminado, y con la gran familia (que también se unió con nuestro Si Quiero) esa mañana nos dispusimos a terminar los centros de mesa. No podíamos estar mas tranquilos.. hacía tiempo que sabíamos que nuestro camino juntos ya tenía un tinte más comprometedor, y todo lo habíamos pensado o anticipado con antelación.. o quizás no todo. Bien temprano, Lauti, quien ahora es mi esposo, fue con mi suegro a ayudar a la florista Mariela con los arreglos de la Iglesia y aunque habíamos anhelado una mañana tranquila mates por medio, la mañana que vivimos de ese 30 de marzo fue hermosa y emocionante a su manera. El almuerzo fue más un trámite para todos, y a nosotros dos nos tocó despedirnos hasta la noche. Él se fue con su familia y yo me quedé en la que iba a ser nuestra casa, a descansar un rato y esperar, después donde Flor y Mica que me iban a maquillar y peinar. Lo demás, es como en toda boda. Fotos durante el peinado, maquillaje y mientras nos vestimos. Nuestro fotógrafo, Pablo, siempre atento y a las corridas de una punta a otra para retratar los momentos de ambos. La misa era a las 19h, la habíamos elegido temprano porque queríamos aprovechar todo al máximo. Yo no quería llegar tarde porque mi esposo es un fan de la puntualidad. Así que a las 19h estaba ahí, en la puerta con mi papá que me tomaba del brazo, esperando para entrar. Pero creo que debe ser un cliché que en los casamientos alguien llegue tarde, como una norma a seguir o algo así. Así que esperamos varios minutos a que mi hermano, mi abuela y mi tío llegaran a la ceremonia. En las anécdotas entre familia este momento ahora se cuenta como chiste... siempre dijimos que la novia tenía que estar a tiempo, pero no reparamos en decirle al hermano de la novia que él también tenía que estar a tiempo, jaja. Nuestro sacerdote, Federico, celebró una ceremonia muy bella, nos habló en profundidad con total honestidad y amor, y la celebró rápidamente porque debía terminar a las 20h para respetar la misa de la comunidad. Todo hermoso. Decidimos no hacer fotos antes de ir al salón porque nos ganaba la ansiedad. Así que en el auto antiguo que nuestros papás nos habían alquilado para esa noche, despacito nos fuimos al salón La Isla Multiespacio. El servicio de José Luis Walker de Felicia, una genialidad. La comida rápida, caliente, de calidad y muy buena atención para aquellos invitados que eran celíacos o vegetarianos. La música un espectáculo. Nuestra familia, toda la familia y amigos, nos agasajaron con un baile que ellos mismos habían ensayado. Mucha emoción para una noche. Y cuando hay tanto amor, tanta felicidad en una misma noche, parece que los minutos corren y las horas se escapan. Así que cuando menos nos dimos cuenta, ya estábamos los dos en nuestra casa, despidiendo por primera vez a nuestras familias en esa primer página de una nueva historia.