El casamiento de Manuel y Emilse en San Miguel de Tucumán, Tucumán
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M&E
29 Jul, 2022La crónica de nuestro casamiento
Definir mi casamiento es complicado, por todas las emociones que viví ese día, pero creo que lo diré como “el día más feliz de mi vida y lo que mejor me salió en la vida”, porque de verdad que todo salió como lo planeé, y eso ya es bastante difícil de lograr...
Mi día el 29 de julio empezó super temprano, porque hicimos civil, ceremonia y recepción en el mismo día. El civil fue a las 8:30 a.m. y apenas comenzó el día tuve mi primer desafío: maquillarme sola (sí, nunca me he maquillado sola en la vida porque trato de evitar el maquillaje a toda costa). Y, menos mal, no fue un desastre...
Luego una prima me ayudó con el planchado y peinado del pelo y, después de renegar un poco con mi padre que demoraba arreglándose, salimos y llegamos bien y con tiempo, por suerte, al civil...
Mi vestido fue bastante sencillo: corto, beige y con una capa de la misma tela que tenía un bordado azul en el pecho (me morí de frío, pero valió la pena).
El casamiento civil fue cortito, la jueza fue muy amable, fueron pocos acompañantes porque el resto nos esperaba para el desayuno en un bar. Así que, después de esto, nos fuimos a un bar del Parque en Tucumán (llamado La Rural) y allí desayunamos con familiares más cercanos.
Seguir leyendo »Después del desayuno nos fuimos a mi casa, donde me arreglaría para la noche. Almorzamos juntos y luego él se fue al lugar donde se prepararía.
Mi maquilladora y peluquera llegaron y nos prepararon a mí y mis damas, que estuvieron conmigo en esta ocasión (dos primas a falta de hermanas). Fui la última en ser preparada, y cómo explicar, me sentí importantísima. Tenía en frente a la fotógrafa sacando fotos, de un lado la maquilladora y detrás la peluquera. Fue una linda y divertida preparación, y las chicas hicieron todo igual a la prueba y mejor (en la prueba el peinado se me desarmó rápido, así que al momento del casamiento lo cambiaron un poco, pero no fue tan distinto y, lo mejor, es que tanto el maquillaje como el peinado duraron toda la noche e incluso después de un llanto nervioso que tuve en la recepción). A las chicas, que son de Tucumán, me gustaría recomendarles a Selva Negra MakeUp, ¡que fueron las chicas que hicieron que me viera increíble!
Pasemos a la siguiente etapa, después de prender 40 botones del vestido, nos fuimos a la iglesia donde sería la ceremonia. ¡Apenas llegué y vi a mis damas afuera, me di cuenta de que había olvidado el ramo! Me puse muy nerviosa, pero una amiga lo solucionó sacando dos flores del florero de la iglesia, mientras otras damas iban a mi casa a buscar el ramo para después.
La caminata al altar la realicé con mi papá y fue algo muy lindo para ambos, no somos muy demostrativos, pero en ese momento los dos temblábamos como papel. Después renegué un poco porque los músicos no empezaban la canción de entrada, pero ver a mi prometido ahí en frente, todo emocionado, me hizo sentir tan feliz (hoy nos reímos porque en su momento le dije que tenía que llorar y le regalé pañuelos, pero me dijo que no pasaría, y que él no lloraría jamás por algo así... pero apenas llegó ya estaba usando el pañuelo).
La ceremonia, la declaración, mirar a los ojos para hacerle promesas, fue tan lindo y emocionante, ¡hoy lo recuerdo y se me ponen los pelos de punta!
Después de la ceremonia nos lanzaron arroz y nos fuimos al salón en donde hicimos una breve sesión de fotos con las damas de honor, amigos y familiares. Luego realizamos la entrada con la canción “Évidemment”, de Kendji Girac y con fuegos artificiales sin sonido, y disfrutamos de toda la comida que ofrecieron...
Venía viviendo todas estas emociones y de pronto entro al salón y veo que todo estaba mejor de lo que había imaginado. La decoradora (Bitty Bouquet) hizo un excelente trabajo con todo lo que le pedí, mi mejor amigo se encargó de colocar el seating plan (que eran grullas con los nombres y n° de mesa de cada uno), poner los centros de mesa, velas aromáticas (que sorprendentemente duraron toda la noche encendidas) souvenirs y tarjetas de agradecimiento y lo dejó perfecto, y la mesa dulce fue un éxito, no sólo en decoración, sino también en sabores.
Todo estuvo maravilloso y, aunque tuve unos breves problemas con invitados que me hicieron terminar desahogándome con lágrimas, creo que nada opacó lo genial que estuvo. Y, encima de todo, hasta el día de hoy hay invitados que nos felicitan por lo bella que estuvo la boda...
No queda más que decir: fue el día perfecto, de principio a fin.
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