El casamiento de Osvaldo y Carolina en San Miguel de Tucumán, Tucumán
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29 Sep, 2018La crónica de nuestro casamiento
¡Ese día fue con mil cosas en la cabeza, miles de sensaciones, emociones, nervios!
Esa semana fue de trámites, terminar detalles, muchos permisos en el trabajo, horas en el banco, todo para que el día del casamiento no estemos tan cansados. Ese día 29 de septiembre ya todo estaba a flor de piel, al llegar al hotel empecé a relajarme un poco, el día pasó volando, apenas pude descansar unos minutos y comenzaron a llegar: la peluquera, la fotógrafa y la maquilladora. Me acompañaban mi hermana y mi madre, por suerte la habitación era hiper amplia así que todos estábamos cómodos. Entre risas, fotos, nervios empezó a terminar la preparación, cuando todos se fueron y quedé sola en la habitación llegaron las sensaciones de alegría, nostalgia y ganas de ver a mi novio, abrazarlo.
Cuando esperaba el auto que me llevaría a la iglesia, esos minutos fueron interminables. Cuando llegué a la iglesia, sentí que las piernas se me doblaban de los nervios, todas las miradas puestas es mí (soñé tantas veces con ese momento y en el sueño me caía), esa caminata al altar se me hizo que eran como 10 km, menos mal que al final del camino me esperaba mi esposo tan ansioso, tan hermoso y nervioso como no lo había visto antes.
Seguir leyendo »La misa fue hermosa, el cura dijo palabras muy lindas, fue una ceremonia sencilla, corta, pero muy linda. Una vez que pasó la misa todos los nervios se fueron inmediatamente, nos fuimos al salón donde la juez llegó junto con nosotros, pero también llegó un fuerte viento que tiró toda la decoración del salón. Pero bueno, con la mejor de las ganas en medio del viento nos casamos por civil.
Luego la noche se pasó en un abrir y cerrar de ojos, gracias a Dios la comida era exquisita, la música espectacular, a nadie le faltó qué tomar ni que comer. Creo que absolutamente todos se llevaron algún recuerdo bueno.
Mi vestido comprado en China terminó en una bolsa mojado, pero con todos los recuerdos encima, los zapatos eran bellos pero me hicieron doler muchísimo los pies, el maquillaje se me fue rapidísimo porque lloré como una magdalena desde que puse un pie en la iglesia.
Todo salió como lo soñábamos, con las personas que quisimos que estuvieran, todos la pasaron lindo, según nos dijeron. ¡Fue la noche de nuestra vida!
Después de la noche de bodas nos fuimos a cambiar y salir para Buzios. Hoy estamos acá y mañana ya comenzamos la vuelta. Gracias por los consejos, por la buena onda, por los debates, ¡unas genias!
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