El casamiento de Rodri y Belu en El Sauce, Santiago del Estero
Rústicos Verano Beige 2 profesionales
R&B
21 Ene, 2023La crónica de nuestro casamiento
¿Cómo fue nuestra previa a esa gran noche?
Entre relajada y un poco a las corridas hacia el final. Arrancamos el día organizando que todo esté listo; mi mamá, mi suegra y algunas de mis tías se encargaron de armar empanadas que luego las llevaron a hornear en el salón (decidimos agregar empanadas ya que creíamos que la gente se iba a quedar con hambre, nos equivocamos).
Luego vinieron mi cuñada y la prima de Rodri para hacerme las uñas, almorzamos mientras tanto ahí, y después una pequeña siesta para recuperar energías y estar al 100 toda la noche.
Nos levantamos y fuimos a prepararnos en un hotel donde estaba la familia de Rodri, ya que ahí me peinaban y maquillaban su tía y su prima. No teníamos mucho tiempo porque tuvimos que llevar unas cosas que faltaban al salón y allí nos retuvieron preguntando algunas cuestiones, ya que el clima estaba dudoso... No sabían si armar la barra y el living afuera o adentro, y decidimos dejarla afuera por lo menos para la recepción.
Seguir leyendo »Mientras nos preparábamos, perdimos un poco la noción del tiempo y recién llegué a cambiarme y ponerme el vestido a las 21 hs (horario en el que dijimos al cura que íbamos a estar). Por suerte me cambié cerca de la iglesia y logramos llegar, un poco retrasados, pero llegamos.
Mientras esperaba con mi papá y mi primo, quién nos llevó a la iglesia en su auto, empecé a sentir esas mariposas en la panza como la primera vez que lo vi a Rodri, riéndome por dentro pensando todo lo que pasamos y a dónde habíamos llegado, hacía una semana que habíamos dado el sí legamente y ahora estábamos en la iglesia, que no era cualquier iglesia, porque hace casi 28 años se habían casado mi mamá y mi papá allí. Algo impensado si me preguntaban hace unos años dónde me quería casar, jamás hubiese imaginado que íbamos a hacer tanto despliegue de ir a otra provincia a celebrar nuestro amor con los que amamos.
Llegó el momento, ya estaban los invitados dentro de la iglesia, el cura nos esperaba en la puerta de la iglesia para saludarnos y dar comienzo a la ceremonia, agarro del brazo a mi papá, y tanto él como yo comenzamos a llorar de emoción, de no poder creer que todo lo que estuvimos organizando en un año, sí, en un año, estaba haciéndose realidad. Y con algo que tanto quise, escuchar sonar un violín en vivo mientras entraba a encontrarme con el amor de mi vida. (Días antes nos reunimos con Mariano, quién iba a tocar el violín, lloramos escuchando su música, lloramos imaginando ese momento que días después llegaría).
Allá, en el altar me esperaba él, Rodri, con su mamá y su papá a su lado abrazándolo porque no pudo contener sus lágrimas en ese momento. Pasó la ceremonia, salimos de la iglesia y nos esperaban todos nuestros familiares para abrazarnos y felicitarnos. Luego, fuimos a sacarnos algunas fotos en una plaza de la pequeña ciudad que hoy es Nueva Esperanza, y luego, como nos sobraba el tiempo, fuimos a esperar que se hicieran las 23 hs a la casa de mi abuela, que quedaba cerca del salón. Recién en ese momento pudimos relajar un poco, y hablar de lo que había sido el comienzo de esa gran noche.
Cuando se hizo la hora, subimos nuevamente al auto y nos dirigimos al salón, todos creían que íbamos a ingresar por la entrada principal del brazo como hacen la mayoría de las parejas, pero algunos pocos sabían que nuestra entrada era diferente, queríamos salir de lo clásico y tradicional, nuestra entrada era un acting con un enganchado de canciones que terminaba con nuestra canción, Perfect, de Ed Sheeran.
Luego de esa gran entrada, donde todos los invitados se rieron y sorprendieron comenzó la fiesta, esa fiesta que habíamos soñado, que habíamos deseado, tuvo algunas cositas que podríamos haber cambiado pero logró lo que tanto queríamos, que quienes compartían con nosotros coman, beban y por sobre todo se diviertan!
¿Se acuerdan que temprano nos preguntaron en el salón si ponían la barra adentro o afuera por el clima? Bueno, como a la 1 de la madrugada comenzó a llover, pero no unas gotitas y ya está, fue un hermoso diluvio. Y dicen que la lluvia es bendición...
¡¡Y que bendición más grande nos regaló la vida, que nos permitió disfrutar y celebrar nuestro amor con nuestras familias!!
No nos queda más que agradecer a nuestras familias, principalmente a mis tíos, que se pusieron al hombro una fiesta, ya que nosotros desde acá, en Buenos Aires, indicábamos cuestiones que queríamos que tengan en cuenta, y ellos accionaban en todo, se encargaron de conseguir quien ornamente el salón, la mesa dulce, la torta principal, la música, etc. ¡¡Gracias gracias gracias!!
Belu y Rodri
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