El casamiento de Santiago y Claudia en Burzaco, Buenos Aires

Y llegaron los fotógrafos... Pablo y Johana, para hacer el getting ready. Unos genios... se llevaron mi vestido, los zapatos, las alianzas, el ramo, los accesorios del novio... todo para las fotos de exteriores. Mientras escondían al novio para que no vea nada antes de tiempo.

Por suerte pudimos disfrutar de todo. Santi se preparó, se perfumó y salió a recibir a los invitados (van a poder ver los nervios que tenía por su carita en algunas fotos). Así que en ese momento me adueñé de la casa y podía estar por todos los ambientes sin problema. Cuando Estefi me empezó a preparar el maquillaje llegó mi mejor amiga, mi hermana de la vida. Mi papá sabiamente le dijo que viniera con nosotras. Ella estuvo y me re ayudó con el vestido. Terminó el maquillaje y las chicas me ayudaron a cambiarme. Una vez que pudieron pasarme el vestido por arriba y antes de terminar de arreglar Pablo saco unas fotitos más. Fue justo cuando me di cuenta que no me puse antes los zapatos, así que me tuvieron que ayudar sacándome las zapatillas y poniéndome los zapatos. Chicas, pónganse los zapatos antes, no sean como yo.

Cuando estaba lista vinieron los chicos del salón que estaban encargados del evento, se presentaron y me dijeron que ya era el momento. Sacamos unas fotitos más y me llevó mi cuñado en el auto a la parte de atrás del salón, donde me encontré con mi papa, muy nervioso, y con mis sobrinos que eran el cortejo.

Cuando empezó a sonar la melodía que elegimos para entrar me dije “no vas a llorar” ... aunque unas lagrimitas se cayeron. Fue increíble ver a la gente que uno quiere, todos juntos y allá a lo lejos, esperándome al amor de mi vida. Para eso no hay palabras. Le hice caso a Pablo, nuestro fotógrafo, y disfrute el momento, no me apure y todo salió divino.

La ceremonia fue hermosa, la realizó el padre Jorge, la verdad que generó un clima hermoso y todos nos emocionamos. Dos amigos nuestros dijeron las intenciones y cuando mi amiga lloró… lloramos las dos. Creo que hizo llorar a más de uno.

Mientras todos disfrutaban de la recepción nosotros nos sacamos unas fotitos más. Y después... llegó el momento de la entrada al salón. Elegimos una canción bien arriba porque así somos nosotros. Entramos saltando y nuestros amigos se sumaron al festejo. Estuvimos así un largo rato. Nos levantaron a los dos, y aunque al principio no quería, lo disfruté mucho.

¡Nos invitaron a sentarnos y llegaron las achuras! Por favor, que rico… había de todo, fue increíble. Lástima que no podía comer tanto, estaba tan entusiasmada que solo comí un poco de riñón, que me encanta.

Después vino el vals. No teníamos muchas ganas de bailar el vals, pero lo hicimos. Fue muy gracioso porque mi suegra no se dio cuenta y saco a bailar a Santi así que hasta que papá llegó, después de mis llamados casi desesperados, bailó conmigo. Igual mientras tanto bailé sola, porque el show debe continuar, ¿no?

Después empezó la tanda de baile... qué puedo decir del DJ, ¡un genio! Parte del equipo de DJ Núñez producciones. Es un DJ que vino incluido con el salón y la verdad nos sorprendió gratamente. Bailaban todos y disfrutaban todos, eso también fue gracias a él, que nos entendió desde un principio e hizo un muy buen trabajo.

Tanto los fotógrafos, como Luis que nos filmaba, unos genios. Era como si no estuvieran. Sacaron un montón de fotos, pero no te dabas cuenta. Nosotros elegimos fotoperiodismo, para que los invitados no se sintieran obligados a sacarse fotos. Tenemos las fotos convencionales, por supuesto. Pero también creemos que las lindas son las espontaneas y se encargaron de sacar esas fotos y algunas más que le pedían los invitados o nosotros mismo.

Comimos asadito, que estaba increíble. De postre elegimos brownie con helado.

Contratamos la cabina de fotos del salón, así que tenemos muchas fotos más. Muchos recuerdos de todos los invitados que se animaron a la cabina. Una recomendación con la cabina es que tiene que ser mas rápida, y no usar una cámara de PC.

Después llegó el momento del ramo, que lo sacó mi prima y las cintitas. El salón se encargó de todo, del ramo extra y de organizar las cintitas, solo tuve que decir la cantidad de solteras. Elegí hacerlo con un cofre. Las chicas en las cintitas sacaban llaves, la que abría el cofre se llevaba el anillo. Para desgracia de todas, la primera llave abrió el cofre y se trataba ni más ni menos que de mi cuñada, la hermana de Santi (espero tener un casamiento pronto en la familia).

Santi tiró una bebida alcohólica... tenían que ver como se mataban los hombres por llegar a agarrar algo que no sabían que era. Porque tiró una caja de cartón con un papel adentro que decía: “gracias por haber sido parte de esta fiesta, vale por una bebida”.

Después el carnaval carioca. Compramos el cotillón de acuerdo a lo que queríamos, no compramos un pack armado. Fue luminoso, con pulseras, collares, rompe cocos, lentes, maracas con luz... fue fantástico. Realmente resaltó ese momento. Y después el final de fiesta, con pizzas y cerveza.

Ese sueño que empezamos a planear en enero se estaba terminando, pero vivimos cada segundo. Todo salió hermoso y sinceramente fue gracias a los proveedores que elegimos.

Para el salón no tengo más que agradecimientos. La verdad, se portaron super bien. Los invitados se fueron encantados con el trato, con lo rico que estaba todo y de la cantidad de comida que hubo en todo momento. Ellos se encargaron de toda la comida, de la mesa dulce, de la torta, de los centros de mesa... fue increíble porque lo único que teníamos que hacer era decirle que queríamos o elegirlo de sus catálogos y magia. Respetaron todo lo que elegimos y la decoración era más que hermosa. Lo que nos contó el fotógrafo es que también a ellos los trataron muy bien y les separaban comida sin que ellos tengan que pedir nada, los trataron como unos invitados más. Realmente no hay más palabras que gracias.

El vestido se bancó todo, la verdad que me resultó muy cómodo y muy ligero. Cuando enganchamos la cola fue mágico. No pesaba nada y me daba tanta movilidad que no me limité en nada.

Super recomendable el equipo de Pablo Vega Caro, el trabajo final es increíble, hasta la presentación de la entrega nos volvió locos.

Y de Estefi qué decir, me tuvo mucha paciencia en todo momento y me enseñó a cuidar mi piel. Todas quedamos encantadas con ella, porque te entiende muy rápido y te asesora sobre que te quedaría mejor. Con ella me hice la permanente de pestañas y el perfilado de cejas... una genia realmente.

El ramo me lo hizo Lidia Salgado, la verdad quedo hermosa. Fue más de lo que esperaba.

¿Qué más decir? Fue un momento único y no me arrepiento de nada. Creo que tomamos las decisiones correctas para disfrutar de ese día. Si les tengo que dar un consejo es disfruten cada momento, porque pasa rápido y los recuerdos son los que nos quedan para siempre.