El casamiento de Sebastián y Sofía en Río Ceballos, Córdoba

Obviamente, el novio dejó todo para último momento, pero por suerte conseguimos todo. Su traje es divo, en Córdoba Capital, en la calle Fuerza Aérea, ¡totalmente recomendados! Yo, por mi lado, no sabía qué vestido quería, había visto tantos que no podía decidirme. Lo que sí sabía era cómo no lo quería, así que tenía de dónde arrancar.

Vi en un par de lugares, nada me convencía, me lo iba a hacer una amiga, pero el precio de las telas estaba imposible. Así que me fui al Palacio de Las Novias, donde me atendió Amelia, ¡y allí encontré el vestido que me enamoró! Días previos al gran día, los nervios se podían sentir, la ansiedad, terminando de confirmar los invitados y ultimando detalles. Nosotros decidimos hacerlo de día porque nos gustó ese formato, y cómo el salón tenía una parte al aire libre; la recepción y el civil eran afuera, así que, chequeando el pronóstico todos los días. No lo hagan ustedes por favor, porque es algo que no podemos controlar, así que nos iba a tocar lo que tenga que ser.

Y llegó el día, yo no pude dormir nada de la ansiedad, el novio más o menos, ¡pero lo primero que vi fue que había sol! Así que me tranquilicé. Sí había mucho viento, pero bueno, ¡había que adaptarse! Tuve mi preparación con mi mamá, mi tía y madrina, mi prima y mi mejor amiga ahí al ladito mío, en estas primeras horas, que hicieron que la mañana sea muy tranquila, llena de risas, mates, mientras nos maquillaban y peinaban, ¡fue hermoso!

Llegando la hora de irse a la gruta me empezó a dar esa cosquilla en la panza, esa emoción, pero estaba todo listo, peinada, maquillada, cambiada y con la gente que amo, me fui a encontrarme con el amor de mi vida a dar el sí.

¡Todo fue perfecto! La ceremonia fue hermosa, lloramos, nos reímos, tuvimos hermosa música en nuestros oídos a cargo de Tempo Urbano, tocaron el piano y el violín haciendo ese momento tan único. Luego, en el salón, todo seguía a la perfección, la comida riquísima, la cerveza helada. Felicidad que se veía y sentía, rodeados de tanta gente que fue, viajó, y nos dio todo su amor y bendición.

Nos sentamos a comer y un poquito más relajados comimos, brindamos; foto va foto, viene, ¡arrancó el baile! Otra de mis mejores amigas me diseñó e hizo un vestido corto para el momento del baile, lo van a ver en las fotos, ¡fue lo mejor! Y sobre todo que lo usé con zapatillas para poder bailar tranquila, sabía que los tacos no los iba a aguantar mucho, así que me puse cómoda y a disfrutar.

¡Bailamos sin parar! Y una gran recomendación que les doy, es que tomen agua en el medio, porque si no el alcohol se siente. Fuera de los perjuicios y del qué dirán, yo, la novia, me puse muy feliz con los tragos y, el novio, viendo mi estado, ¡me cuidó hasta el final! Así que, chicas, ¡tomen agua en el medio por favor!

¡La fiesta duró hasta las 22:15 y se pasó tan rápido! Meses y meses de preparación comprimidos en 10 horas de fiesta, juro que se pasan volando, disfrutamos cada minuto, los invitados estuvieron muy cómodos y contentos y lo manifestaron en todos los mensajitos de cariño que recibimos luego, estaban felices y no se imaginan nosotros.

Nuestra nueva etapa aquí comienza, recién casados y felices. Disfruten cada momento, y compartan el amor que se sienten, fue el mejor día de nuestras vidas. ¡Inolvidable! ¡Salud por todos los que deciden dar este hermoso paso y felicidad eterna para todos!