Si alguna vez compraron una torta para el cumple de su hijo, contrataron una mesa dulce para un evento de trabajo o simplemente decretaron finde de descanso y nos encargaron un budín para el mate, seguramente conocen un pedacito de esta historia.

Para los que recién llegan, Almacén arrancó mucho antes de vender mi primera torta. Empezó en la cocina de la casa de mis nonos decorando tortas con mi tía, con mi abuela compartiéndome las recetas de siempre, pero con el plus de los trucos que le dio la experiencia. Con mi familia italiana alabando los bizcochos que les preparaba, esos mismos que le dieron el nombre a este emprendimiento: Almacén de Bizcochos by Rocío. Rocío soy yo.

Pero el almacén no lo abro yo sola: tengo a mi tío Fabio, que se encarga de repartir los desayunos; a Lulo, mi amor y catador oficial, que se encarga de las fotos y videos; y a mi mamá, que es experta en evadir lomas de burro para que las tortas lleguen impecables.

En nuestro taller repostero cada pedido es un proyecto que encaramos con la misma dedicación y cariño con el que me enseñaron a cocinar en mi familia. Por eso queremos que a través de Almacén de Bizcochos revivan la cocina de sus abuelos, sus tíos o sus papás: ese lugar donde se come rico y se es feliz.